Habitualmente, el foco de atención en una cirugía siempre se ha centrado en una calidad óptima de la propia cirugía (uno de los principales factores de éxito), así como de los cuidados de factores perioperatorios y en un periodo postoperatorio. Es en este periodo postoperatorio donde la fisioterapia, de forma tradicional, es más conocida y desempeña un papel más importante mediante la readaptación o rehabilitación
Pero podemos afirmar que existen una serie de factores modificables y optimizables mediante fisioterapia, que consiguen aportar un alto porcentaje de éxito a la cirugía, y se tratan de los factores preoperatorios como puede ser la fisioterapia preoperatoria.
En las cirugías programadas (mayormente cirugías ortopédicas como artroplastias o ligamentoplastias u otras a nivel cardiaco, respiratorio, digestivo..) donde la espera es de semanas e incluso meses, se da un periodo previo a la operación, en el que predomina la reducción de la movilidad o inmovilización total, con la consecuente pérdida de funcionalidad de la zona, así como de las propias capacidades funcionales de la persona (acondicionamiento físico) y un aumento de la sintomatología del dolor como consecuencia indirecta. Esto además se incrementa durante el periodo de estancia intrahospitalaria.
No obstante, cuando hablamos de una cirugía, podemos afirmar que se trata de un evento de gran estrés fisiológico para el organismo, ya que posterior a esta se dan una serie de respuestas endocrinas, hemodinámicas e inmunitarias para restablecer el orden corporal (Ej.: Aumento del gasto calórico y de las demandas de oxígeno). Por tanto, esto exige que la persona este lo más apta posible para hacer frente a este desafío.
Así pues, la Prehabilitación o fisioterapia preoperatoria, centra sus esfuerzos preparar al paciente a nivel físico y funcional para superar de forma exitosa dicho evento quirúrgico. De esta forma, se ha demostrado que un plan de prehabilitación, aporta una mayor probabilidad de éxito de la cirugía, una mejora en cuanto a niveles de funcionalidad y dolor en el periodo previo a la operación, y una mayor calidad de vida y retorno prematuro a las actividades de la vida diaria en comparación con cirugías que no tienen en cuenta estos factores previos.
Por tanto, la fisioterapia preoperatoria consiste en:
- Examen físico de la zona en cuestión a intervenir, para determinar estado funcional de tejidos, niveles de fuerza de musculatura y rango de movimiento de articulaciones implicadas, estado de estructuras adyacentes a la zona de lesión o deteriorada…
- Evaluación de las capacidades funcionales del paciente con el ejercicio, mediante test de fuerza y de mantenimiento de esfuerzos prolongados.
Una vez evaluado y examinado el paciente:
- Tratamiento de la lesión o de otras zonas que se vean afectadas por dicha condición patológica, mediante terapias manuales, terapias invasivas, electroestimulación, terapias térmicas (diatermia), ondas de choque y terapias activas (ejercicio terapéutico), con el objetivo de disminuir dolor, recuperar o mantener el mayor rango de movimiento y los máximos niveles de fuerza posibles y por tanto poseer la máxima independencia y capacidad funcional
- Aumento o mantenimiento de la capacidad o tolerancia al ejercicio. Con la realización de esfuerzos mediante ejercicio terapéutico pautado, mejoramos los niveles de fuerza y la capacidad cardiorrespiratoria, lo cual es un factor de vital importancia tras la cirugía, puesto que se trata de la capacidad de aumentar el gasto cardiaco para satisfacer las demandas de oxígeno y metabólicas de los tejidos.
Por último, en la preparación previa a una operación, la nutrición y los factores emocionales también desempeñan un papel importante. En este último aspecto, la fisioterapia trata de guiar al paciente mediante la educación terapéutica en su proceso. La tecnología NESA XSIGNAL® (Neuromodulación no invasiva del sistema nervioso autónomo) se trata también de una gran ayuda en contextos dónde debido a una preocupación por este evento quirúrgico, existe aumento de niveles de estrés, ansiedad, calidad del sueño y/o incremento del dolor por otras vías nerviosas, de tal forma que con esto conseguimos estabilizar el correcto funcionamiento del sistema nervioso vegetativo del paciente, regulando en gran medida todos estos factores.